sábado, 22 de mayo de 2010


Tengo un pedazo de hielo en las manos, un puñal de hierro y de sal a mis pies y unas botas para arañar la rosa. Tengo el susurro de la primavera grabado en la carne y el calor de la luz de la arena dibujado en mi piel. Tengo un montón de recuerdos que desgarrar y un paquete de cigarrillos que arrojar desde la ventana. Tengo una colección de segundos rotos en los que no deseo pensar y que danzan entre hierbas. Tengo frente a mí un camino que no soy capaz de recorrer.
Y, sin ningún motivo aparente, ésta es la canción que he escuchado mientras escribía... End of all hope, de Nightwish.

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