cayó una sola vez
en europa-trigo
y ya nunca volvimos
a verle
sino la caja de cereales
los zapatos
que dejó en su apartamento
cuántas cosas empeñó él
en la casa de los judíos
antes de marcharse
lo compró todo
luego
las bailarinas
el apellido
spiegelgeld
las sinfonías de
strauss
y todas las vidas
que nunca pudo
vivir
lo compró todo
y no era feliz
pero lo compró
todo
le veías cruzar
las puertas
como un dios
moderno
con las maletas
llenas
y los ojos
brillándole
saliéndose de las
órbitas
iba quemando
bosques
iba llenándose la
boca
de vino y agua
reduciendo las
estepas
de asia central
a un emparedado
azul
iba arrancándose
la piel
los dedos
los antebrazos
a grandes mordiscos
masticando despacio
la carne
royendo el hueso
y sorbiendo
la pulpa
fresca
los cristales
en nuestra ciudad
no había nada que
pudiera
detenerle
y cayó
sobre europa-trigo
nada amortiguó
su caída
nunca volvimos
a verle