sábado, 3 de abril de 2010

Quiero

Quiero beber a la luz de la luna una taza de capuccino con espuma clara y un corazón desdibujado. Quiero perderme en los versos de algún artista lo bastante loco para capturarme en sus redes de ilusión y de engaño. Quiero postrarme ante un cuadro de Caravaggio y grabar en mi mente la perversa e inocente sonrisa de su Eros. Quiero ver una película complicada e incomprensible, escandalosa y provocadora, pero con tal profundidad que me arrastre irremediablemente a las lágrimas. Quiero emocionarme verdaderamente. Quiero escuchar las cuerdas de un violín en el canto del cisne que muere al alba, alcanzando el agudísimo tono del inicio de una obra de Borodín. Quiero que alguien me narre una historia tan extraordinariamente subyugadora, que no pueda sino dejar de pensar y fundirme en ella. Quiero fotografiar los ojos claros de un gato a la luz del mediodía ártico y la desnudez de una cortesana japonesa rodeada de orquídeas. Quiero sumergirme en un anime profundamente esteticista, con una banda sonora que despierte algo dentro de mí y unos personajes que me hagan pensar durante horas. Quiero gritar frente al mar y arrojarme entre las olas de espuma viva para, sin aire, respirar profundamente. Quiero escribir hasta quedarme sin tinta y sin alma, plasmar mi vida y reinventarla, crear algo capaz de llenar el vacío del atardecer. Quiero danzar bajo la lluvia con el cabello suelto y corto, ni hombre ni mujer, ni siquiera persona. Quiero existir y, al mismo tiempo, desparecer para siempre.


Banda sonora de este texto: It's enough now, Mandalay.
Imagen: Visita a Santiago, marzo de 2010.
Nota final: Un estado de ánimo demasiado extraño, desde luego. Hoy no ha sido el mejor día, tampoco el peor... bueno, quizá sí, si exceptuamos la tarde perfecta. Sólo que la lejanía me lastima, que necesito con urgencia un nuevo viaje a Cambados, que a veces me canso de no tener metafórica casa en la que refugiarme; y que necesito, y esto es cierto, leer a Virginia Woolf con urgencia. Ella, Lorca, Wilde y Renée Vivien son la mejor de las drogas literarias.

2 comentarios:

  1. Uff.. yo también quiero tantas cosas.. a tu lado (L)

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  2. Y yo al tuyo, pequeña(L
    Una semana, y otra vez por allí :)

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