sábado, 21 de enero de 2012

Vías

toda la noche a cristales en el vientre
toca rasga busca el hueco en la cintura bajo la piel y las marcas que no se dicen
desposeerme
los bolsillos en flor la caída
podría golpear todos los cristales tragar despacio saborear(me)
la sangre regresa a mí regresa sangre que me huye si no huyo si no grito circe en los cristales
niebla oscura gafas de una juez sin tiempo multitud aplastada las puertas
hierros que fornican y nubes destrozarte al filo de las vías
hundiéndose en mis venas suben calladas el hueco en el costado la cruz agua resbala
mi boca agua
libélulas de piedra besan lo alto metal infinito
-y el taconeo que no cesa-
la sonrisa de daniel
asfixia

luisa es un animal ciego
rompo los lirios rompo la DISCONTINUIDAD por existir así
por ser
voy por esta noche con el pecho abierto
los ochos roen las sombras del esternón
papeles de oro en las piernas papeles de oro
la calma
un mar mis sienes toda la noche a cristales
y este camino
árboles contra las ventanas árboles me devoran

cómo la coraza cómo cada una de las anillas que cierran los sueños en mi nuca
los brazos en alto jódete Estigia jódete los dedos fríos del cadáver
que me abre la garganta
chop chop chop
hay que entender el dolor profundo
toda la noche a cristales así poner las riendas así a la vida
las espuelas huesos una clavícula tus manos hacia lo alto tus manos
tu boca dice
tu boca
a golpes toda la noche a cristales y fluir el dolor ya no la miseria ya no
se afirma el dolor se grita
date la vuelta mírame los brazos
voy a cortarme la lengua los brazos en alto he dicho
si las trenzas son dos llaves atadas al suelo
el nombre no significa
el barro rompe a gritos los brazos en alto no me oyes rasgarte los ojos a escalpelo
jódete Estigia jódete tú Áyax jódete última piedra que besé en Roma
luisa late bajo la arena
luisa es planetaria esta noche
luisa es una mujer de agua esta noche

la lengua contra la garganta
sumergirme en lo profundo de mi realidad lo concreto
gritamos en el abismo cierto del je-kill
una esclava tiene que aprender a decirse
tarde o temprano
tiene que aprender a decirse

los persas eran refinados la tortura de los lirios
pero nadie entiende el cuidado infinito de poseer
luisa a ciegas
luisa cierta
luisa tiembla pide busca sabe espera jura abre
luisa dice
que quiere VIVIR
los verbos pronominales

cuántas sobre mí palabras si no pronuncio
arráncame
hierro y aguja en mis arterias hasta clavar las costillas como jaula rota
del pájaro

qué haré con el miedo si ya no hay miedo
Señor, si ya no hay miedo

domingo, 15 de enero de 2012

Noches

Hoy en día cualquier capulla presuntuosa -como yo- escribe intentando sangrar mil ochocientos años de egolatría, (auto)masturbaciones y esterilidades -como yo- en un precios(ista) mar de inseguridades e intentos de belleza que acaban en gritos y los gritos en sílabas y las sílabas en mi piel pegándose despacio a las teclas y deshaciéndose de mí, enviándome a la cárcel ciega de mi útero y el desdecirme de la sangre en cada palabra, el miedo sordo a vivir si no se sabe, a la eternidad si no se sabe.

Esta noche no he dormido y se nota en cómo me pronuncio.

Hoy en día cualquier imbécil sin ninguna clase de fe -como yo- escribe para romperse de la alegría loca de estar vivo o viva o vivi o vivu o vive en la afirmación de mis nombres -como yo-. Saber que no puedo repetirme ni desdecirme. Saber(me) y qué dulce el metal de las vigas que encierran los caminos, los ombligos de Venus abiertos para los mendicantes y mi lengua enredándose segura y lenta en la amplitud de los sexos querido Whitman oh querido Whitman por qué tal obsesión con el dolor de los nombres por qué quieren ensartar a los pájaros con esos barrotes tan feos querido Whitman por qué mastican despacio sus patitas grises.

Hoy en día cualquier miserable -como yo- ausente de sí y de estos caminos escribe en un ensayo de suicidio sin coordenadas ni soga atada a la cintura -como yo-. Asomar la punta de las pestañas a mi particular colección de promesas para ver si así acerco la muerte un paso y quemo esta vida de plásticos que todos dibujan. En el vientre de los osos de peluche hay un mensaje secreto y me dicen los elefantes que no se puede correr colina abajo que no se puede quemar tantas veces a Bécquer en una misma noche que no se puede no llorar así.

Despertar(se) con estos deseos de devorar la existencia animales que se me suben entre las piernas se afianzan a cada una de mis costillas y me empujan hacia delante un paso dos tres y podría gritar hasta rasgar cada una de mis cuerdas vocales y seguiría sin gritar suficiente este placer que no se dice y que me rompe los labios incluso cuando no los muerdes, incluso cuando tu boca se sonríe detrás -qué es sonreír quién se atreve a dibujar a cuchillo una definición- y yo te digo, te digo con las marcas de mi frente y las caderas que se abren que soy cáscara y soy carne y soy parte de mí y de mis nombres vacíos. Y todos mis nombres, todos, prefieren enredarse en el instante-presente y decir(te) y beber(te) y tragar todo lo que pueda tragarse de tus palabras derramándose en mí y mira cuántos jardines se abren mira cómo bajo cómo te aúllo en las rocas mírame ser la mujer más pura mírame ser una zorra con el esternón roto a latidos mírame defender mis nombres mírame sepultarte con libros piedra a piedra en un acto de amor infinito mírame besar cada imagen de tus manos. Todos mis nombres, todos, todos mis nombres caen en una espiral muda que converge en el absoluto de mis costillas. ¿Lo entiendes? El absoluto de mis costillas.

No me cogeréis con vida.

Electrólisis

luisa dice que la figura no sirve
forma pierde diluirse sin verbos
los pronombres clavados como astillas

luisa se levanta todas las mañanas porque tiene como levantarse
y agujas entonces
números que no son en antebrazos
y cómo decir el misterio de existir si no se sabe
no poder hablar de la muerte
por qué los dedos doblados hacia atrás dedos muertos que no entienden

el misterio de existir si no se sabe
nadie ha dicho nunca el silencio de los hospitales
nadie ha dicho nunca el revés de la espiral
en la radio hablan de un hombre que talla mariposas de madera
porque los ojos de un ciervo lo hicieron antes que él
luisa recorre el camino se pone de pie en el muro y reconoce que es cierto

que lo del suicidio no arregla el problema de la discontinuidad
y cómo invadirme entonces
lo yermo que me devora
morir por el dominio de esta extensión blanca
luisa ha comprado veinte playas
y se ha ido al extremo Oriente a pelear una guerra que no es la suya
y qué ocurre si nos rompemos

qué ocurre en esta hoja de iguales cuando el fuego se come
envasado al vacío o en pequeñas latas
penetrar a gritos manicomios velas como mundos
y la cera que resbala dulce
y los labios cosidos a una estatua porque Salieri está sentado en el café de esta calle
y luisa no respira
aunque llore, no respira
y no quiere que la abraces que ya se abraza ella sola
porque duele
y no sabe decir por qué duele
y no le gusta qué raro dices qué raro que no le guste
no le gusta que el silencio de los hospitales se coma la punta de sus dedos

amputadme de mí
y aquí estamos todas nosotras, buenos días, te presento
la letra escarlata de mis juegos de voces
ella es neurótica, olvídate si ves pájaros por la mañana
la otra lame los contornos de la luna
y la que se sienta en el borde de la mesa
es un hombre
un hombre en el gineceo
como cárceles de aluminio y mira que es hermoso

luisa se muere de electrólisis azul

Nota final: Asco de hospitales y buen humor.

jueves, 5 de enero de 2012

cosa rara porque sí

pastillas y cal ahogándose en este vaso que no es sin nombre sin vacío sin vanos abiertos ahogándose yo me ahogo porque voy a morir voy a morir de una escalera con los peldaños coloreados voy a morir sin lágrimas, coma dicen coma cuando escriben coma pero nadie se atreve a abrir brazos y romper esta DISCONTINUIDAD que se come la hendidura de mi pecho

cric cric cric

tengo miedo si se llora la noche
hoy lo gritan en las calles dicen mirad mirad ella va a morir ella la desgraciada se arrancará los velos y rodará por el asfalto porque tortugas devoran jarras cortantes y yo mi te se, no sé, ya no sé decir mi nombre, ya no me importa
pero escucha
es tan delicioso, tan exquisito cuando yo (me) (te) devoro, qué haría si pudiera arrancarme la piel a mordiscos y tragar
tragar
voy a beber desiertos de azufre voy a beber todo lo que pueda resbalar por mi garganta, mírame vivo a cuatro metros por encima de mis hombros y se me elevan los pulmones así así
hasta que

cric cric cric

se me rasgue la arteria longitudinal y triangular y hasta es posible que poligonal la que se me encuadra en la frente y menuda celebración entonces la de los círculos, me niego a escribir un solo punto estoy respirando ¡mira mira mira! antes de asfixiarme estos cristales que anidan en los huesos de mi tráquea que me viven a escalpelo
viviseccionarme
nunca podré negar la vida porque voy a morir, lo gritan en las calles ellos dicen que colgaré de los tobillos en las puertas de tus murallas ellos dicen que no hay aire para mí donde se habla con tanta corrección AMARILLO qué bonita lengua y yo huyo yo me vuelvo escapista de mí (me) des-hago des-arraigo y clavo besos manchados de sangre en el blanco absoluto de mi sexo
te diré algo, soy pan de comuniones y nunca es la primera nunca será la primera
y tengo tanta hambre de tus manos que si te descuidas las cortaré y las llevaré al tic tac silencioso de unos relojes que ya no saben decir si me he vuelto loca o si golpean corbatas en el abismo

cric cric cric

el absurdo de no esperar la muerte es perfecto en esta doble luna eclipsada
voy a morir con la esperanza en los labios


por hoy me niego a las mayúsculas y a los puntos, he dicho

lunes, 2 de enero de 2012

¿me deja invitarla a un café?

buenos días, querida dama
¿cómo se encuentra hoy?
¿le rompen los labios a pájaros
o se ha decidido ya a cortar con mucho cuidado
el borde de su falda?

mi dama, me dicen
que la han visto entrar en el vientre de una libélula
y salir airosa con una enciclopedia entre las manos
también me dicen que la han visto montar un enorme tigre
por entre calles abiertas de asfalto

-¿no le duele a usted eso de los homínidos, hermosa mía?-