viernes, 16 de abril de 2010

Cuestión de voces

Detesto la listas. Creo que es de las pocas cosas de este planeta que odio verdaderamente y que no soy capaz de tener ante mí. Listas de la compra, de ejercicios, de tareas, de libros, de los mejores cineastas, de los que deben congratularse por haber sido admitidos en un puesto de trabajo, de los pacientes que recibirán un trasplante, de las funciones del mando a distancia, de los dogmas de fe de una nueva religión o de los caóticos pensamientos que inundan mi cabeza. No importa. Simplemente las detesto. Y hoy, sin embargo, quiero hacer una lista breve, la de las voces del panorama musical que más me han marcado. Digo voces, lo que excluye estilos, canciones, letras, sonidos, instrumentos, aspecto, temática y un largo etcétera de condicionantes. No son las más famosas, quizá tampoco las mejores, pero sí las que me han llegado de una manera más personal.

Tarja Turunen. Simplemente imposible de definir. Conocí su música gracias a Nightwish, grupo con el que tiene no pocos CDs. Ahora canta en solitario -mal cambio de vocalista para Nightwish, no podía dejar de decirlo- y sigue cosechando un éxito semejante. Me impresiona su lírica y operística voz, el aporte que hace al mundo del metal gótico; me enamoran sus notas tan elevadas, su impresionante chorro de voz que obliga a quien la escucha a experimentar ese característico erizamiento de la piel. De sus discos en solitario, me quedo con Enough y Die alive. De su época con Nightwish, inevitablemente me enamoré de Nemo, de Dark chest of wonders y de Wish I had an angel. Las letras me gustan, así como la parte instrumental y la composición en sí, pero la voz de Tarja me impresiona demasiado. Y, en las que implican al grupo Nightwish... Nightwish es de mis favoritos, otra de esas máximas innegables. Para recordar, aquello de Nemo my name forever more...

Martin Gore. Supongo que es una de esas voces que jamás esperé encontrar en el contexto en que la hallé, algo que ocurre con más frecuencia de la que una puede esperarse. Recuerdo que estaba jugueteando con el portátil, echando un vistazo a la música que mi primo me había transferido sin poner mayor interés en ello, cuando encontré un grupo. Depeche Mode. La primera canción fue Master and servant y, después, Somebody. Leyendo un poco más sobre el asunto, situé un poco más al propietario de aquella voz que tanto me había llamado la atención, especialmente en Somebody, una canción que hoy día sigue siendo protagonista y testigo de mis mejores y mis peores momentos. Importante motor creativo de Depeche Mode, vocalista y unos cuantos rasgos más, la mayor parte de su carrera tiene que ver con Depeche, pero conozco algún CD en solitario que me encanta. Si alguien me preguntase que me gusta de la voz de Martin Gore, posiblemente afirmaría -eso hago- que no es ni excelencia técnica ni florituras barrocas dignas de halago, sino su timbre. Simple y llanamente. Una característica intrínseca, difícil de definir y de medir, pero que captura. Además de las que he mencionado, me gusta People are people. Para recordar, aquello de I can't understand what makes a man hate another man, help me understand...

Mónica Naranjo. No podía faltar. El primer disco que escuché de esta mujer fue Palabra de mujer, que tatareaba yo cuando tenía... ¿seis años? No estoy muy segura. Pero, si puedo afirmar algo con clara rotundidad, es que siempre me ha causado una rara fascinación. La manera en que cambia de altura y juega con los estilos, la expresividad de su voz y la incontestable intensidad de ésta. Cuando Mónica canta, no puedo evitar sentir una especie de necesidad de silencio casi sagrado, como si en ese momento tan sólo fuese preciso dejarse llevar y permitir que los tonos pareciesen reverberar en el propio interior. Me gustan sus canciones lentas y aquellas más rápidas, tanto por sus temas como por, de manera incuestionable, su voz. Y, así, me he emocionado muchas veces con Sobreviviré, que es casi un himno, y llenado de una tranquila melancolía con Miedo. Europa, quizá, y, aunque peque de poco conocida, Eva, en la que su voz me parece tan suave, tan leve, y al mismo tiempo tan presente y extraordinariamente efímera... una nota que se une a otra nota, y otra impresionante canción de la que disfrutar. Para recordar, aquello de Seco mi cara y miro al mar, pasan los días y las horas sin saber qué hacer...

Tilo Wolff. Llegar a la música de este hombre -y, por tanto, a la de Lacrimosa- fue producto de otra casualidad y de los milagros de Youtube. Inicialmente, he de decir que no se convirtieron en mis canciones favoritas, pero progresivamente me fui enganchando. Me ocurre algo parecido que con la voz de Martin Gore. Es algo intrínseco y difícil de describir, un rasgo, un detalle que se escapa, y que me emociona verdaderamente. Me gusta cómo juega con los distintos tonos, lo melódico y lo casi gutural de los diferentes momentos, el modo en que maneja su voz hasta convertirla en un susurro con un toque fantasmagórico y casi inocente para alzarla de nuevo y llevarla a un tono más regular. Sí, me emociona, me hace sentir, no me permite quedarme indiferente. Y, en el fondo, el hecho de que cante mayoritariamente en alemán le aporta un toque especial a los distintos tracks. Pocas veces la fonética de una lengua y la excelencia de una voz se habían dado la mano de semejante forma. ¿Con qué canciones me quedo? Es imposible olvidar Lichgestalt y Alleine zu zweit. Lacrimosa, en conjunto, es un grupo impresionante, pionero en el género del metal gótico y altamente recomendable. Para recordar, aquello de Am ende der wahrheit, am ende des Lichts, am ende der liebe, am ende da stehst du... (o, lo que es lo mismo: Al final de la verdad, al final de las luces, al final del amor, allí estás tú...)

Butterfly Boucher. La descubrí de forma muy reciente y me enamoré de su voz desde la primera canción, simplemente pasó a mi lista de favoritos automáticamente. Ese timbre tan especial que se apoya en un estilo sumergido en el indie; esas letras que, unidas a su particular voz, suscitan y sugieren, permanecen en la memoria sea o no la intención de quien las escuche... resulta imposible sustraerse a su aura. Posiblemente no sea la mejor cantante de su estilo, tampoco la más famosa, ni siquiera la número cinco en las listas de ventas, pero su voz posee algo mágico y permanece en el recuerdo. Me quedo con Life is short, cuya música y letra me subyugan; con Keeper y I can't make me. Para recordar, aquello de All things said and plenty done...life's too short...

Mika. Inicialmente, no me gustó nada su estilo y, de hecho, llegué a tacharlo de puramente comercial sin haberlo escuchado realmente antes. Sin embargo, hecha la inmersión en los dos álbumes que ha sacado hasta ahora, he de decir que su voz me ha dejado una clara huella y que me encantan los distintos registros que domina, fascinándome sus notas más agudas. Quizá el estilo de alguna de sus canciones no haya llegado a tocarme con profundidad, quizá otras me resultan un tanto insulsas, pero no puedo negar que, en esencia, está empezando a gustarme mucho su voz y su creatividad a la hora de emplearla. Me llama la atención el sentido general de sus dos discos y el hecho de que éste exista; hay algo en su música que, quizá no fragmento por fragmento, pero sí en su conjunto, grita el confuso concepto de 'arte'. ¿Canciones favoritas? Relax, todo un clásico; Any other world, canción que me sacude profundamente y cuyo piano me suscita emociones bastante cercanas a una especie de sentimentalismo racional (¿por qué escribo cosas tan raras?) y Blame it on the girls, que me encanta por la introducción de la música concreta en determinados momentos. Para recordar aquello de So human as I am, I had to give up my defences...

Notas finales: ¡Un poco de orden! Podríamos decir que el día de hoy ha sido extrañamente progresivo. Me desperté con ganas de leer a Albert Camus hasta caerme muerta, pero ciertas personas ayudaron a que las cosas mejorasen. Ese bajo humor que poco a poco se esfuma aunque no debiese hacerlo... exactamente eso. Una tarde perfecta, una noche agradable y un reencuentro con personas que llevaba tiempo sin ver. A esto tengo que añadir que no paro con Lacrimosa y Vetusta Morla, pues palían en parte estos momentos en los que tengo una mezcla de apatía y euforia decididamente extraña. ¡Ah, antes de marcharme! Posiblemente a partir de mañana incorpore una pequeña sección al blog. Consiste en, cada semana, o cada dos semanas, o cuando se tercie, escribir una entrada mostrando los libros recibidos recientemente y que serán leídos en breves, haciendo un comentario de los aspectos 'preliminares'. Creo que la iniciativa original se llamaba IMB (In my Mail Box), pero no estoy segura. Le añadiré algo nuevo... la opinión sobre los últimos leídos. Me dará trabajo, pero merece la pena. Y, mientras tanto, el curso sigue irremediable su marcha. En ocasiones me acuerdo de un fotograma de una película de Charles Chaplin en torno al progreso y me surgen unas ideas comparativas que debería anotar de una vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario