Escuchar entre los árboles tu voz.
Águila de mi ocaso, ¡ten piedad!
Te entrego mi corazón devastado por la espera,
Rasga mi piel y arranca el oculto dolor.
Inquebrantable es hoy el flagelo de la tristeza,
Zarpan los barcos en el puerto de la desesperanza.
Nota final: No, no va dirigido a ninguna persona en concreto, ni estoy deprimida, ni estoy enamorada, o eso prefiero creer. Es, como de costumbre, uno de mis juegos literarios que mezclan poesía, normas establecidas y creación. Os animo a probar. Tomad un nombre, ponedlo en vertical y... ¡lanzaos a escribir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario