sábado, 19 de diciembre de 2009

Beatriz

Busco con insaciable ansia

Escuchar entre los árboles tu voz.

Águila de mi ocaso, ¡ten piedad!

Te entrego mi corazón devastado por la espera,

Rasga mi piel y arranca el oculto dolor.

Inquebrantable es hoy el flagelo de la tristeza,

Zarpan los barcos en el puerto de la desesperanza.



Nota final: No, no va dirigido a ninguna persona en concreto, ni estoy deprimida, ni estoy enamorada, o eso prefiero creer. Es, como de costumbre, uno de mis juegos literarios que mezclan poesía, normas establecidas y creación. Os animo a probar. Tomad un nombre, ponedlo en vertical y... ¡lanzaos a escribir!

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