[pseudoreflexiones mientras releo teoría sobre el marqués de sade. exámenes
y no hace frío]
(yo también tengo una herida
debajo de cada uña)
cruzas la historia para
beber
licor
en una tumba abierta
marqués profanado
bajo la rueda que gira y
gira
ahora sí que te golpeamos
en el epicentro
ni el agua ni la
mica-feldespato
de los fósiles que son
tus dedos
pueden agrietar esta pared
si hoy cruzases el
graderío nos tirarías los papeles a la cara
y te jugarías a venus la
libertad
tensaste las notas del
placer gota a gota
en la dulzura masoquista
que nos envuelve a todos
hoy
no hace frío y pienso
en ti
llorabas por los libros
quemados y derramabas minúsculas partículas
de cera en la espalda de
una prostituta
y a veces
te querían
y a veces tú
las querías a ellas
pero nadie entiende
divino marqués
si eras el arcángel o el
demonio
que tanto te gustaba
dibujar en los cuentos
(¿cuántas veces
perseguiste a tus demonios
por la celda vacía
y les hiciste el amor
contra las paredes?)
eros y tánatos
eros y tánatos
divino marqués
yo sé que tú también
tenías
miedo
al menos supiste
desencajar las vértebras
de una sociedad condenada a los automóviles
libertino
de confesión y acto
demencia sublimada a pluma
y tinta y golpes sutiles
como dormir bajo una lápida
sin nombre
por qué te encerraron a
ti
y no a quienes sorbían la
savia virgen, a quienes arrancaban
estambre a estambre
los pétalos de las
amapolas e imponían
desiertos a todo este
dolor
húmedo
que nos arrasa los ojos
(los ojos llenos de tanta
tanta luz)
veo tus cabellos
proyectándote hacia el suelo,
elevando un cuerpo mínimo
y lastimado
por el tiempo la miseria
la melancolía
(solo los locos saben
hacer teatro)
lo has conseguido
divino marqués
son tres siglos dos cafés
y la ansiedad destrozándome las sienes
a mí también
me has roto los esquemas
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