viernes, 19 de julio de 2013

ronald

ronald me ha cogido de los hombros
y ahora estamos en el hangar
hurgando el vientre
de aviones enormes
la evidencia
de la hache y el sol
y levantamos
las manos
saludando a las águilas
que nos llenan los ojos

mordemos los cables
aspiramos los motores
para no echarnos de menos
después
fundidos en la doble hélice
de magritte
como dos desnudos
sin penumbra
cabalgando
uno junto al otro
los mismos cabellos
rojos
y el mismo fuego
anudándonos
el pubis

me han tatuado un fino reloj
de cuco en la frente
yo les digo
aquí está mi marca de caín
y me ahogan en cerveza
este hangar que no se termina
es tan triste
como la terminal cuatro
de barajas
a las siete menos diez de la mañana
cuando el estómago se encoge
en una única curva
y las mujeres americanas
me miran de arriba abajo
porque soy un cristal
palidísimo

ronald se sienta a mi lado
me estrecha las manos
me besa toda la cara
me lame toda la cara como un perro
maravilloso
y cuánto tiempo sin verte
ronald
cuánto tiempo sin espejos
en esta casa
cuántas palabras en las aceras

cómo nos gusta hacerlo así
como queremos
así
viendo el sol fundirse
en las colinas del diablo
mientras informamos al gobierno ruso
de que los charlies ya no están
y de que no queremos
no podemos
beber
más lágrimas

de cocodrilo

No hay comentarios:

Publicar un comentario