lunes, 7 de enero de 2013

C.


A C. no le gusta ver películas que hablen de C. y por eso nunca va al cine, porque todas las películas hablan de C. A C. le aterra que la realidad salga de la pantalla y le muerda. Como un perro rabioso.

Si una madre da un euro a su hijo y le envía al supermercado, C. es la madre, es el hijo, es el euro y es el supermercado. Si dos derrapan en una calle y se abren la cabeza con la moto, C. es la calle, es la cabeza y es la moto. C. también es el dos.

C.
es
el
silencio

C. tiene que vivir muchas vidas y acaba de empezar la suya, apenas ha mordido la punta y está tan lleno de fuego, es C. el inmortal, es C. rompiendo los cristales.

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