buenos días, querida dama
¿cómo se encuentra hoy?
¿le rompen los labios a pájaros
o se ha decidido ya a cortar con mucho cuidado
el borde de su falda?
mi dama, me dicen
que la han visto entrar en el vientre de una libélula
y salir airosa con una enciclopedia entre las manos
también me dicen que la han visto montar un enorme tigre
por entre calles abiertas de asfalto
-¿no le duele a usted eso de los homínidos, hermosa mía?-
Me impresionas.
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