de pequeña pensaba que las cosas
funcionaban así
que podría esconderme bajo el edredón
apretar un peluche con fuerza
llorar
hasta que se me acabasen las lágrimas
quedarme dormida
luego
de alguna forma
de alguna manera por completo ajena a
mí
ocurriría algo
que lo cambiase todo
saldría
limpia y renovada
del edredón como una crisálida
azul
nadie me explicó nunca
cómo es la garganta cuando se cierra
ese vacío de segundos
sin color
al rozar el límite
y comprender
que la única forma de rabia
posible
es el silencio
quiero hablar de la sencillez
de la deshumanización
necesaria
para abrir las cortinas
salir al balcón
y verte
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