salgo a la calle
porque hace mucho frío
y se me corta la piel
y me pongo bufandas inmensas
y me quedo frente a los escaparates
esperando los libros
los libros
o el desahucio
cuando era pequeña
mi madre sacaba el pijama de invierno
en diciembre
yo salía de la ducha
y ella lo colocaba sobre el radiador
después me vestía
con el pijama cálido
mi madre era un caballo
con las entrañas
rotas
yo no podía tocar el radiador
pero sí la dulzura
de la felpa
yo no sabía lo que era el radiador
sino un peligro abstracto
en la pared
que se volvía
conveniente
de vez en cuando
yo quería a mi madre
adoraba el pijama
blando
y caliente
la calma lenta
la casa amarilla
salgo a la calle
porque hace mucho frío
casi nunca duermo con pijama
si lo hago
lo caliento
durante diez minutos en el radiador
mientras me ducho
con gel
demasiado respetuoso hacia mi piel seca
pienso en todas las decisiones que he
tomado
en los meses sin depilarme
en las formas suaves de la cadera
en el cambio de peso, el cambio
de ritmo y el tatuaje
que vendrá pronto y los aros
que ya no tengo y los que
llegarán
seguro que llegarán
y pienso en el gel
de aceite de oliva
en la cerveza y las bragas
sobre la mesa
en la calidez de esta casa
de esta vida
de esta vida que construyo
a la que ahora
vuelvo
salgo a la calle
porque hace frío
porque no tengo miedo del frío:
en invierno se me abren los labios
y sigo sonriendo
a los espejos
sigo viéndome
más allá
de los espejos
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