jueves, 13 de diciembre de 2012

normandía


es mucho más fácil
a oscuras
la cabeza a veinte centímetros
bajo el agua
y que los relojes estallen donde nadie
los escuche y que los relojes
sean los cráneos de todas las palabras
que aún no sé decir
de todas las personas a las que todavía
tengo que matar

toda la lluvia y el azul eléctrico
de esta noche se condensa
en una única gota
rompiendo
mi cintura

pero yo me ajusto
las botas
con fuerza
hundo clavos en los tobillos
para sujetarme
a la realidad visceral y absoluta
del cuero
me arrastro
por la arena
con el agua inundándome la camisa
la boca los ojos
hasta que ya no tengo camisa
ni boca ni ojos
y los peces anidan
en las cuencas dobles

vuelvo todas las miradas
contra mí
y no voy a parar
de hacerlo

2 comentarios:

  1. Amable señorita, ¿has estado quizás leyendo a Celine?

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  2. Y si te digo que no.

    No, por desgracia, no. Está en pendientes. Y me llama a gritos.

    (Thompson, creo. Pero nada que ver. No me ha calado aún)

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