lunes, 18 de abril de 2011

Pandora

Si pudiera yo hacer de mis penas un coral
y del coral vestidos para colibríes.
Y besar con sus picos abiertos los pechos distintos,
y sentir el pulso silencioso de la sangre,
y romper sus patas de bronce.

Si pudiera yo saber que tus labios
son tan sólo para los caballitos de mi nombre,
si pudiera yo vencer esta línea
roja de fuego que me alza,
si pudiera yo abrazar el infinito cósmico,
si pudiera yo besar la llaga en el costado
y lamer las huellas del Discípulo.

Si pudiera yo contar hormigas,
si pudiera yo saber cuántas mariposas
aletean entre los dos polos de tu frente:
migración suicida es la del aliento entre tu boca
y mis labios entenebrecidos;
ay, si pudiera yo contar las pisadas de pajaritos negros
en el baile de nuestras lenguas.
Si pudiera yo, ay, si yo pudiera,
reventarían mis mirares de sombra
en mil orquídeas envilecidas por el violeta.

Si pudieras tú decir cuánto me quieres
y hacer de tu querer un paquete
fechado, tasado, pesado,
clavado en todos los participios
del verbo hipócrita.
Ay, si tú pudieras…
El desierto yermo abriría sus fauces de ausencia.


Nota final: La imagen es Pandora, a cargo de Yvonne Park. El texto es un delirio de noche sin fiebre transformado durante noches con fiebre.

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