llevo meses decorando una casa itinerante. llevo meses escribiendo en otro blog, durmiendo en aeropuertos, viendo las ciudades pasar. llevo meses intentándolo y creo que esta vez lo he conseguido. que he logrado irme de náusea.
ahora tengo un diario portátil en el que hago un poco lo que quiero. un diario al que no le pesan años ni decisiones ni malos poemas. un diario en el que me he decidido a escribir los peores poemas del mundo. en el que intento escribir mis poemas. los míos. los de verdad. es difícil decir la verdad.
se llama veo pájaros porque todo lo que está pasando en mi vida me inunda los ojos.
casa, aquí
náusea
jueves, 15 de enero de 2015
martes, 24 de junio de 2014
no escribiré más aquí
se me ha olvidado presentarme y escribir mi nombre
he aprendido a dejar de ser quien era, a no ser, a ser muchísimo
lo he intentando todo y todo era nada porque la perspectiva
la perspectiva
ha cambiado
este año he pasado semanas agazapada sobre mí, digiriendo despacio el camino, sacando conclusiones, evitando las palabras. en diciembre, enero y febrero dormía hasta las dos de la tarde. me levantaba desorientada y se me pasaban los días como pólvora sobre los brazos. las cicatrices no me dejaban nadar, ni decir, ni pensar. tenía fiebre, comía poco y se me escapaban las energías en contarle a todo el mundo que estaba muy bien. estaba muy bien por fuera, muy bien por dentro.
llevo mucho tiempo escribiendo aquí y se me ha olvidado poner
un nombre que sea verdad y está
bien
así
me gustaría decir algo enorme, algo que nos gustase
a todos, algo bonito
e inteligente, pero esto es lo que más
se parece a mí
y a las mañanas
en el regazo de mi madre
en mi regazo
estéril
no tengo muchas metáforas ni palabras para construirlas. yo soy el cuerpo de la imagen, el cuerpo encogido sobre sí, la identidad que se construye al no mirarse. pero me miro de frente y veo todo lo que he escrito, todo el cambio de lenguajes y siento la dulzura de lo que vuelve a ser. no quiero salir de la imagen ni entrar en ella: permanezco aquí, firmemente empeñada en deshacerme de la identidad, del cuadrado.
he escrito en este blog desde que tenía catorce años, o menos, o algo así que ya no es. y me apetece irme, como me apetece contaros que algo se ha terminado y algo ha empezado y que reitero el algo porque es muy tremendista decir nada. he sido tremendista durante mucho tiempo, he sido absoluta y es probable que lo siga siendo. pero estoy cansada de yo, de girar, de yo, de volver a mí, de yo, de la náusea al volverme sobre mí. estoy cansada de la adolescencia.
estoy cansada del estoy, harta de conjugar en primera persona, saciada de verme en el espejo. vuelven las noches en la terminal, las botas de cuero gastado, no dormir nunca, los libros, las playas cubiertas de nieve. quería contaros que ya no voy a escribir más aquí, pero qué es aquí, quién lo ha inventado. este no-lugar del poema, este espacio entre las turbinas y la soledad. vuelve lo que no ha sido y ha sido siempre.
chicos, soy muy feliz ahora que sé
quiero saber más
quiero saber mucho más
quiero no decir
para aprender
a decir
mejor
he aprendido a dejar de ser quien era, a no ser, a ser muchísimo
lo he intentando todo y todo era nada porque la perspectiva
la perspectiva
ha cambiado
este año he pasado semanas agazapada sobre mí, digiriendo despacio el camino, sacando conclusiones, evitando las palabras. en diciembre, enero y febrero dormía hasta las dos de la tarde. me levantaba desorientada y se me pasaban los días como pólvora sobre los brazos. las cicatrices no me dejaban nadar, ni decir, ni pensar. tenía fiebre, comía poco y se me escapaban las energías en contarle a todo el mundo que estaba muy bien. estaba muy bien por fuera, muy bien por dentro.
llevo mucho tiempo escribiendo aquí y se me ha olvidado poner
un nombre que sea verdad y está
bien
así
me gustaría decir algo enorme, algo que nos gustase
a todos, algo bonito
e inteligente, pero esto es lo que más
se parece a mí
y a las mañanas
en el regazo de mi madre
en mi regazo
estéril
no tengo muchas metáforas ni palabras para construirlas. yo soy el cuerpo de la imagen, el cuerpo encogido sobre sí, la identidad que se construye al no mirarse. pero me miro de frente y veo todo lo que he escrito, todo el cambio de lenguajes y siento la dulzura de lo que vuelve a ser. no quiero salir de la imagen ni entrar en ella: permanezco aquí, firmemente empeñada en deshacerme de la identidad, del cuadrado.
he escrito en este blog desde que tenía catorce años, o menos, o algo así que ya no es. y me apetece irme, como me apetece contaros que algo se ha terminado y algo ha empezado y que reitero el algo porque es muy tremendista decir nada. he sido tremendista durante mucho tiempo, he sido absoluta y es probable que lo siga siendo. pero estoy cansada de yo, de girar, de yo, de volver a mí, de yo, de la náusea al volverme sobre mí. estoy cansada de la adolescencia.
estoy cansada del estoy, harta de conjugar en primera persona, saciada de verme en el espejo. vuelven las noches en la terminal, las botas de cuero gastado, no dormir nunca, los libros, las playas cubiertas de nieve. quería contaros que ya no voy a escribir más aquí, pero qué es aquí, quién lo ha inventado. este no-lugar del poema, este espacio entre las turbinas y la soledad. vuelve lo que no ha sido y ha sido siempre.
chicos, soy muy feliz ahora que sé
quiero saber más
quiero saber mucho más
quiero no decir
para aprender
a decir
mejor
martes, 6 de mayo de 2014
diario II
antes de cumplir los veintinueve
quiero
recorrer chile de mochilera
leer poesía en lituania
verme el reverso de los ojos
cruzar un río
con el cuerpo frágil-bambú
de un anciano a la espalda
dirigir una película porno
aprender a dibujar
volver a tocar el laúd
recitar de memoria una sura del corán
en árabe
ver a mi hermano en japón
y abrazar muy fuerte
la palidez de mi sobrino
[tejerle una colcha
con flores de cerezo]
ser adolescente
escuchar a los demás
transitar muchas vidas
participar en un slam poético
cantar más en la ducha
raparme al uno o al dos
perder el miedo a envejecer
lunes, 28 de abril de 2014
abril no era el mes más cruel
me gusta
la flor del cerezo antes de abrirse
el aire leve sobre los ojos
los paseos bajo las piedras
santiago
el exilio
me gusta
que existan personas con los ojos como árboles
las figuras
el ansia azul
me gusta
la mujer argentina que nos vende empanadas
llenas de champiñones y sueños
la cresta nómada a la que no me atrevo
a mirar
porque me excita
y la humedad incierta
de los jardines
en los que nos metíamos mano
hace mucho tiempo
me gusta
que follemos más que antes
mejor que antes
de una manera
irremediablemente
más dulce
violenta
incorrecta
sutil
que antes
me gusta follar con personas que no son tú
me gusta contártelo por teléfono
me gusta que te guste
tanto
me
gusta
follar
me gusta
el poema adolescente
la noche que no se abre
la niebla al volver de casa de G.
no exactamente borracha
sí exactamente imprecisa
estrechando las manos de oficinistas
demasiado serios
pensando la seriedad
de una pompa de jabón
como la respuesta
a todas mis preguntas
me gusta
volver a sentir que estoy viva
la sangre inundándome las arterias
pulsando a dos centímetros bajo la piel
rasgándome la piel
y derramándose
sobre las manos
volver a sentir que las cosas huelen
que el sol hace daño
que el verano es posible
y que abril no era el mes más cruel
me gusta
haber adelgazado tres kilos por ansiedad
estar asustada a veces
llorar por teléfono a las tres de la mañana
no decirle a mi madre que tengo miedo
me gusta
haber aprobado todas las materias del primer cuatrimestre
con notas muy buenas
sin dormir
durante setenta y dos horas
haber tenido un otoño malo
y un invierno
peor
que nadie sepa muy bien
a qué estoy
cuándo estoy
si estoy viva
porque lo estoy
y seguiré estándolo
me gusta
deglutir santiago virgen
las calles anchísimas de vigo
la soledad de los números que no te cuento
firmar un acuerdo de estudios con leipzig
saber presentarme en noruego
tener unos amigos maravillosos
me gusta
ser rara
ser muy rara
tener orgasmos muy raros
leer libros muy raros
vivir vidas muy raras
me gusta
ser
feliz
[que no me baste una vida
para ser feliz]
la flor del cerezo antes de abrirse
el aire leve sobre los ojos
los paseos bajo las piedras
santiago
el exilio
me gusta
que existan personas con los ojos como árboles
las figuras
el ansia azul
me gusta
la mujer argentina que nos vende empanadas
llenas de champiñones y sueños
la cresta nómada a la que no me atrevo
a mirar
porque me excita
y la humedad incierta
de los jardines
en los que nos metíamos mano
hace mucho tiempo
me gusta
que follemos más que antes
mejor que antes
de una manera
irremediablemente
más dulce
violenta
incorrecta
sutil
que antes
me gusta follar con personas que no son tú
me gusta contártelo por teléfono
me gusta que te guste
tanto
me
gusta
follar
me gusta
el poema adolescente
la noche que no se abre
la niebla al volver de casa de G.
no exactamente borracha
sí exactamente imprecisa
estrechando las manos de oficinistas
demasiado serios
pensando la seriedad
de una pompa de jabón
como la respuesta
a todas mis preguntas
me gusta
volver a sentir que estoy viva
la sangre inundándome las arterias
pulsando a dos centímetros bajo la piel
rasgándome la piel
y derramándose
sobre las manos
volver a sentir que las cosas huelen
que el sol hace daño
que el verano es posible
y que abril no era el mes más cruel
me gusta
haber adelgazado tres kilos por ansiedad
estar asustada a veces
llorar por teléfono a las tres de la mañana
no decirle a mi madre que tengo miedo
me gusta
haber aprobado todas las materias del primer cuatrimestre
con notas muy buenas
sin dormir
durante setenta y dos horas
haber tenido un otoño malo
y un invierno
peor
que nadie sepa muy bien
a qué estoy
cuándo estoy
si estoy viva
porque lo estoy
y seguiré estándolo
me gusta
deglutir santiago virgen
las calles anchísimas de vigo
la soledad de los números que no te cuento
firmar un acuerdo de estudios con leipzig
saber presentarme en noruego
tener unos amigos maravillosos
me gusta
ser rara
ser muy rara
tener orgasmos muy raros
leer libros muy raros
vivir vidas muy raras
me gusta
ser
feliz
[que no me baste una vida
para ser feliz]
sábado, 26 de abril de 2014
tarta de fresas con nata
la primavera
es una gota minúscula de agua
en el dibujo
de las fresas
la lentitud deliciosa de la tarde
el sol que se cae despacio
sin tropezar
apoyándose
en los hombros
laura tiene una sonrisa preciosa
y música
debajo de la voz
la primavera sin colores pastel
el doble fondo de hojas
que amamanta
al sarela
que acuna
los ríos de todo lo que hemos olvidado
y aprendido
a recordar
sábado, 22 de marzo de 2014
deadline
aunque tú
me quieras
todavía
más
tengo
la piel vuelta hacia fuera
tengo
los ojos
hundidos
en las órbitas
mirando
fijamente
los
recovecos
de
nuestra historia
incapaces
de pronunciar
un
veredicto
porque
los ojos
como
yo
no
juzgan
solo
ven
jueves, 30 de enero de 2014
kebap
el chico del kebap que hay bajo mi casa
sabe lo que es el amor
compro döner vegetal
con una botella de agua fría
siempre está oscuro fuera
en silencio
como son silencio las calles de vigo
que me invaden las arterias
y me desestructuran
las costillas
al subir
al piso
al volver a la soledad cifrada
de las sábanas
pido döner vegetal muy a menudo
el otro día intenté
hablar con él en persa
pero me sonríe con sus dientes
blanquísimos
y no entiende nada
pienso
esos dientes blanquísimos
que en europa solo se ven
después de tres mil euros
en coloración
pienso
esos dientes blanquísimos
diciendo palabras
que nunca quise
como rosa uzbek desierto
pido agua muy fría
agua heladísima en las entrañas
de este frío
que es enero
levantándome la columna
irguiéndome
sobre los hombros
de no parar
el hambre de los metales y el halógeno
el ruido
y los menús sin carne de vaca
ni de cerdo
ni de pato
yo no como carne para no romper
el delicado
equilibrio
de mis vértebras
tambaleándome
bajándome a tumbos por las calles
borracha de vida
y de silencio
los ojos inyectados en el blanco de los
ojos
inyectados en el blanco de los ojos
de todas las páginas que aún no he
escrito
el chico del kebap sabe lo que es el
amor
yo lo supe
cuando todo me importaba más que mí
misma
las personas eran maravillosas
y todo lo que tenía dentro
se multiplicaba al proyectarse
hacia los demás
al ramificarse
hacia fuera
el error de concentrarlo
y concentrarse
en algo
como una bisagra de metal
en las vértebras
he aprendido a avergonzarme de ser
quien soy
y cuando alguien pregunta por noam
chomsky
digo que no lo sé
en un acto de egoísmo
hacia mí misma
en un acto
de dejarme atrás
el español del chico del kebap es
imperfecto
tiene una sonrisa blanca
no me entiende demasiado bien
no me gustan los hombres
pero pienso en él
cuando llego a casa
y me quito el vestido
me pongo el jersey enorme
que vimos en berlín una tarde
que compramos en berlín una tarde
duermo mucho más de lo normal
casi nunca me apetece masturbarme
ni leer
ni comer chocolate milka
bebo un poco más
deseo un poco menos
pienso en el chico del kebap
pienso en ti apretándome muy fuerte en
los puentes naranjas
diciéndome que era la mujer más
valiente del mundo
más inteligente del mundo
más merecedora de tu desprecio
del mundo
pienso en los puentes naranjas
y lo feliz que fui
al saber
que no volverías a verlos
conmigo
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