jueves, 30 de enero de 2014

kebap

el chico del kebap que hay bajo mi casa
sabe lo que es el amor

compro döner vegetal
con una botella de agua fría
siempre está oscuro fuera
en silencio
como son silencio las calles de vigo
que me invaden las arterias
y me desestructuran
las costillas
al subir
al piso
al volver a la soledad cifrada
de las sábanas

pido döner vegetal muy a menudo

el otro día intenté
hablar con él en persa
pero me sonríe con sus dientes blanquísimos
y no entiende nada
pienso
esos dientes blanquísimos
que en europa solo se ven
después de tres mil euros
en coloración
pienso
esos dientes blanquísimos
diciendo palabras
que nunca quise
como rosa uzbek desierto
pido agua muy fría
agua heladísima en las entrañas
de este frío
que es enero
levantándome la columna
irguiéndome
sobre los hombros
de no parar
el hambre de los metales y el halógeno
el ruido
y los menús sin carne de vaca
ni de cerdo
ni de pato
yo no como carne para no romper
el delicado
equilibrio
de mis vértebras
tambaleándome
bajándome a tumbos por las calles
borracha de vida
y de silencio
los ojos inyectados en el blanco de los ojos
inyectados en el blanco de los ojos
de todas las páginas que aún no he escrito

el chico del kebap sabe lo que es el amor

yo lo supe
cuando todo me importaba más que mí misma
las personas eran maravillosas
y todo lo que tenía dentro
se multiplicaba al proyectarse
hacia los demás
al ramificarse
hacia fuera

el error de concentrarlo
y concentrarse
en algo
como una bisagra de metal
en las vértebras

he aprendido a avergonzarme de ser quien soy
y cuando alguien pregunta por noam chomsky
digo que no lo sé
en un acto de egoísmo
hacia mí misma
en un acto
de dejarme atrás

el español del chico del kebap es imperfecto
tiene una sonrisa blanca
no me entiende demasiado bien
no me gustan los hombres
pero pienso en él
cuando llego a casa
y me quito el vestido
me pongo el jersey enorme
que vimos en berlín una tarde
que compramos en berlín una tarde
duermo mucho más de lo normal
casi nunca me apetece masturbarme
ni leer
ni comer chocolate milka
bebo un poco más
deseo un poco menos
pienso en el chico del kebap
pienso en ti apretándome muy fuerte en los puentes naranjas
diciéndome que era la mujer más valiente del mundo
más inteligente del mundo
más merecedora de tu desprecio
del mundo
pienso en los puentes naranjas
y lo feliz que fui
al saber
que no volverías a verlos
conmigo


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