martes, 24 de junio de 2014

no escribiré más aquí

se me ha olvidado presentarme y escribir mi nombre
he aprendido a dejar de ser quien era, a no ser, a ser muchísimo
lo he intentando todo y todo era nada porque la perspectiva
la perspectiva
ha cambiado

este año he pasado semanas agazapada sobre mí, digiriendo despacio el camino, sacando conclusiones, evitando las palabras. en diciembre, enero y febrero dormía hasta las dos de la tarde. me levantaba desorientada y se me pasaban los días como pólvora sobre los brazos. las cicatrices no me dejaban nadar, ni decir, ni pensar. tenía fiebre, comía poco y se me escapaban las energías en contarle a todo el mundo que estaba muy bien. estaba muy bien por fuera, muy bien por dentro.

llevo mucho tiempo escribiendo aquí y se me ha olvidado poner
un nombre que sea verdad y está
bien
así

me gustaría decir algo enorme, algo que nos gustase
a todos, algo bonito
e inteligente, pero esto es lo que más
se parece a mí
y a las mañanas
en el regazo de mi madre
en mi regazo
estéril

no tengo muchas metáforas ni palabras para construirlas. yo soy el cuerpo de la imagen, el cuerpo encogido sobre sí, la identidad que se construye al no mirarse. pero me miro de frente y veo todo lo que he escrito, todo el cambio de lenguajes y siento la dulzura de lo que vuelve a ser. no quiero salir de la imagen ni entrar en ella: permanezco aquí, firmemente empeñada en deshacerme de la identidad, del cuadrado.

he escrito en este blog desde que tenía catorce años, o menos, o algo así que ya no es. y me apetece irme, como me apetece contaros que algo se ha terminado y algo ha empezado y que reitero el algo porque es muy tremendista decir nada. he sido tremendista durante mucho tiempo, he sido absoluta y es probable que lo siga siendo. pero estoy cansada de yo, de girar, de yo, de volver a mí, de yo, de la náusea al volverme sobre mí. estoy cansada de la adolescencia.

estoy cansada del estoy, harta de conjugar en primera persona, saciada de verme en el espejo. vuelven las noches en la terminal, las botas de cuero gastado, no dormir nunca, los libros, las playas cubiertas de nieve. quería contaros que ya no voy a escribir más aquí, pero qué es aquí, quién lo ha inventado. este no-lugar del poema, este espacio entre las turbinas y la soledad. vuelve lo que no ha sido y ha sido siempre.

chicos, soy muy feliz ahora que sé
quiero saber más
quiero saber mucho más
quiero no decir
para aprender
a decir
mejor

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