jueves, 7 de octubre de 2010
Él te esperará. Sí, lo hará, aunque tú sientas miedo, aunque tú dudes, aunque tú odies. Dejará que le coloques el collar de cuero y lamerá tus manos; frotará su suave cabeza contra tus botas. Te aguardará cuando regreses del mundo de fuera y será feliz si recibe tu atención por unos segundos. No deseará a nadie más y sufrirá ante la idea de que te vayas de su lado. Serás lo único que brilla en su existencia y te seguirá hasta el fin del mundo si es preciso. Creerá en ti. Creerá en ti aunque todo le diga que tu voz bebe frágiles cristales de mentira.
Lo siento. Yo no soy él. Yo no puedo serlo.
Etiquetas:
La caja de Pandora,
Poesía en prosa,
Reflexión,
Sentimientos
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Joder, casi lloro...
ResponderEliminarYo tenía una perrita y... Bueno sigue viviendo, pero no está conmigo, ya te contaré la historia...
Me gusta muchísimo la entrada. Besos