miércoles, 5 de octubre de 2011

Mille anni passi sunt

Supongo,
sí,
que puedo prometer
afirmarme
y decirte la verdad.
Decirte del revés;
decirte a ti,
digo,
del revés.
Que decir es siempre más difícil que callarse.
Que jurarte este sol
me está quemando la boca
de los dedos.
Y fíjate
que hay luna entre mi labios,
y fíjate
que llevo un traje dibujado
por ti.

Supongo,
sí,
que afirmo
esta búsqueda
en los cristales ciegos.
Tengo el pecho abierto
esta noche.
Tengo el pecho abierto
y se me escapan plumas.

Nacer son tres espinas
violetas.
No sé de dónde viene esta lengua
que me grita en la garganta
y estrangula mis latidos.
Supongo,
sí, que estos cristales
de silencio
me están arrancando los dientes.

Bébeme. Víveme.
Supongo,
sí,
que digo la verdad;
que decir las estatuas
es morirse ante la lluvia
cada mañana
por traerte aquí,
al hueco suave de mis sábanas.

Supongo,
sí,
que me arrasa saberme mujer
y saberme humana.
Esta noche
la luna de vacíos
me está llenando de agua
entre orquídeas.
Esta noche
soy un animal
muerto de sueños, muerto de vida.

Supongo,
sí,
que me estoy dejando sangrar
sobre el papel blanco
pero me respiro en cada palabra
y te dibujo
en los cristales
de los autobuses.

Bébeme. Víveme.


Nota final: Fotograma de Belle de Jour.

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